lunes, 23 de mayo de 2011

MI VISIÓN DEL DERECHO A LO VULGAR



Todos hablan de Derecho, creo que hasta 30 o 60 blogs han abierto para hablar de las más complicadas teorías que el Derecho ha dado a la humanidad o que el humano ha dado al Derecho o que el Derecho ha dado a la Historia, o que la Historia ha intentando plasmar a forma de Derecho. Me impresiona ver como de esta pluma virtual salen palabras como fuegos artificiales, cargadas a veces hasta de malicia, de crítica por demás hiriente. En otras ocasiones he visto como esas palabras enarbolan los más distinguidos foros y a personalidades que se crean con dichas palabras y no porque realmente lo sean.



Sé que este comentario no será tan largo y ávido como el relacionado con todas esas teorías o con esos principios, que si la ponderación, que si el modelo de toulmin, que si las normas de Hart -que por cierto faltaron otras dos para que se hiciera un compendio sobre sus normas-, que si el neoconstitucionalismo, que si lo aferrado de Dworkin, que si Guastini ganó mucho dinero con una sola obra y qué aportó, que si..., que si....



El Derecho es como una buena receta con la que se cocinan los más suculentos platillos, y utilizaré el argumento a simili: para preparar un buen platillo se requieren de los mejores ingredientes, se requiere también de mucha paciencia y del conocimiento técnico, específico y exacto de cuáles son los ingredientes así como también de los contrastes en el paladar que se pueden lograr con ellos.


Luego, una vez razonados, se va por ellos, se escogen, se seleccionan delicadamente se escogen obviamente los mejores lugares o proveedores y en su caso si necesitan ser frescos luego entonces hay que ir hasta un mercado o directamente de granja o puerto.


A cocinar, a sazonar, a espesar, a poner listo todo aquello que sea necesario, especiar, airear, batir, permitir el reposo...


Hornear a la temperatura y tiempo adecuados, reservar, dejar enfriar, volver a refrigerar, marinar...


Ahora si, mezclar, crear culis, elegir una buena bebida, maridaje, sake, vino tinto, blanco, zambuka, anis, todo para deleitar...


Logro la aprobación, el convencimiento, incluso el aplauso, al final todo ha terminado, incluso la guarda de "la educación" de aquella vieja escuela, del platón ha volado.


¿Alguien ha encontrado algún parecido con realizar una demanda, su contestación, una audiencia, una sentencia, su apelación o el amparo? o con la realización de un argumento o la interpretación de un precepto.


Saludos, es mi aportación culinaria del día, para nada crean que es jurídica, ¿qué loco podría asimilar tan diferentes fases de la comida con eso que está tan estático, como la norma jurídica?


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